Reproduzco y suscribo enteramente la carta a El País de PABLO FERNÁNDEZ LORENZO el 14/10/2011:
Decía Einstein que, en los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento. Si el problema más grave que tenemos en este país es el paro y si el Estado, para poder mantener el bienestar que ofrece a sus ciudadanos, necesita aumentar sus ingresos... ¿Por qué no unimos ambos conceptos? Liguemos la fiscalidad al empleo.
Propongo hacer que las empresas paguen impuestos en función del empleo que generen. De esta forma, una empresa con muchos beneficios, pero sin trabajadores a su cargo, debería aportar al Estado un porcentaje de sus beneficios mucho mayor que una empresa con los mismos beneficios pero con muchos trabajadores contratados. El objetivo no es aumentar la fiscalidad a los ricos, de forma genérica, como dicen algunos. Se trata de hacer que paguen más impuestos los que ganan mucho pero no crean empleo, o los que tienen mucho pero no generan riqueza para todos. Sencillo. Este camino también permitiría al Estado incentivar el tipo de empleo que quisiera: fijo, juvenil, I+D... jugando con los impuestos de las empresas.
Entramos en periodo preelectoral y no solo los políticos deben proponer caminos. También los ciudadanos. Estamos en crisis, necesitamos imaginación.
Yo añadiría que los ejecutivos que deciden despidos en una empresa no puedan disfrutar de aumentos de sueldo: así de simple: si una empresa de más de cincuenta trabajadores reduce plantilla en un año, las retribuciones después de impuestos de las diez personas que más reciban de esa empresa (que siempre serán de la dirección, claro) no podrán aumentar respecto al año anterior; todo lo que intenten aumentarse en la retribución bruta se les descontará mediante impuestos para que la neta quede congelada. Así se evitaría la tentación de muchos ejecutivos de propiciar despidos para aumentar sus bonus.
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