sábado, 14 de diciembre de 2019

Educación para la salud

Está de moda decir que los sistemas sanitarios públicos de los países desarrollados están sobrecargados y son insostenibles. Es mentira. Simplemente quienes pagan muchos impuestos quieren pagar menos, y buscan difundir a través de los medios de comunicación opiniones que en último término hagan bajar el gasto público.

Ahora bien, que los sistemas sanitarios públicos sean perfectamente sostenibles no es obstáculo para que los poderes públicos intenten no incurrir en gasto sanitario inútil. Esto se hace, entre otras cosas, evitando que la gente enferme. Un tercio de las enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo Alzhéimer), cardiovasculares (infartos, ictus), respiratorias (por ejemplo enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y oncológicas (cáncer de pulmón, de mama, de colon) están causadas por hábitos poco sanos (beber alcohol, fumar, sedentarismo).


La gente no sabe cuidar de su salud. Lo más habitual es que, cuando ya ha contraído una enfermedad, el médico le comente los hábitos que la pueden haber causado, y le recomiende sustituirlos por otros más saludables. Pero buena parte del mal ya está hecho. Y no es extraño que no sepa. No se le enseña.

Que la persona lleve hábitos saludables desde que tiene uso de razón (es así como mejor funcionan: cuanto más tiempo, mejor) es muy difícil. Las formas óptimas de comer, hacer ejercicio, dormir, o enfrentarse psicológicamente a la vida no son en absoluto naturales. Y no se enseñan en el sistema educativo. La Educación física solo enseña a hacer diversos ejercicios. No enseña la importancia del deporte, las enfermedades que previene, el bienestar que produce ni los variadísimos tipos de ejercicio físico (que permitirían a casi cualquier persona encontrar alguno que le gustara). Por eso creo que en la educación obligatoria debería introducirse la asignatura de Educación para la salud, con un temario similar al siguiente:

EDUCACIÓN PARA LA SALUD
propuesta de temario

1. La alimentación
    - qué es una alimentación equilibrada
    - cuántas veces hay que comer al día
    - señales de desequilibros alimentarios y cómo corregirlos

2. El peso
    - el índice de masa corporal y su intervalo recomendado
    - la obesidad
    - los trastornos alimentarios (distintos de los desequilibrios): la anorexia
    - la bulimia
    - razones psicológicas
    - medidas

3. El ejercicio físico
    - los tipos necesarios de ejercicio
        · aeróbico
        · fuerza
        · flexibilidad
    - preparación del ejercicio intenso
        · calentamiento
        · estiramientos
    - pautas tras el ejercicio intenso

4. El sueño
    - condiciones ideales de luz, lecho, sonido y temperatura
    - hábitos favorecedores
    - hábitos perjudiciales
    - importancia de los sueños
        · explicación de lo que nos pasa
        · señalamiento de nuestras prioridades
        · creatividad
    - el sueño lúcido

5. Las relaciones sociales
    - importancia del habla y de la expresión
    - urbanidad
    - respeto
    - inteligencia emocional: darse cuenta de lo que siente la otra persona
    - autointeligencia emocional: ser consciente de los propios sentimientos y controlarlos
    - relaciones de amistad: beneficio que suponen y cómo cultivarlas
    - manejo de la frustración
    - la ira
    - el resentimiento
    - las relaciones de pareja

6. El sexo
    - origen biológico de la atracción sexual
    - diferentes tipos de orientaciones sexuales
    - transexualidad, intersexualidad y hermafroditismo
    - raíces psicológicas de la intolerancia hacia orientaciones no heterosexuales
    - el sexo esporádico: precauciones, aplicaciones de móvil
    - el disfrute del sexo
    - posturas ideológicas contrarias al disfrute sexual: razones históricas y sociales
    - sexo y amor
    - la importancia del sexo en la pareja
    - la inapetencia
    - la violación
    - los abusos a menores
    - enfermedades de transmisión sexual
    - la reproducción
        · condiciones físicas óptimas
        · superación de las dificultades para tener hijos
        · la fecundación in vitro
        · la adopción
        · gestación óptima
        · crianza óptima de los bebés
        · educación de los niños

7. Las drogas
    - tabaco
    - alcohol
    - marihuana
    - cocaína
    - heroína
    - opioides
    - pastillas
    - comida
    - juegos de azar
    - juegos de ordenador
    - trabajo como droga
    - sexo como droga
    - el teléfono móvil
    - personalidad adictiva
    - cómo saber que estás cayendo
    - cómo pedir ayuda

8. El envejecimiento
    - cómo retrasarlo
    - cómo evitar el mayor tiempo posible que se convierta en incapacitante
    - envejecimiento activo
    - afrontamiento

9. La muerte
    - necesidad biológica
    - perspectiva temporal
    - afrontamiento del fallecimiento de los seres queridos
    - el miedo a la propia muerte
    - afrontamiento

domingo, 24 de noviembre de 2019

Resolver el conflicto político

¿Qué es exactamente un conflicto político? En la wikipedia inglesa, political conflict lleva directamente a war (guerra). En la española no existe la página "conflicto político", ni siquiera como redirección. Tampoco en la francesa. ¡Ni siquiera en la catalana! La RAE da seis definiciones de conflicto:

1. m. Combate, lucha, pelea. U. t. en sent. fig.

2. m. Enfrentamiento armado.

3. m. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.

4. m. Problema, cuestión, materia de discusión. Conflicto de competencia, de jurisdicción.

5. m. Psicol. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.

6. m. desus. Momento en que la batalla es más dura y violenta.

Y solamente una expresión, conflicto colectivo. Aunque sabemos que, además de conflicto político, utilizamos conflicto familiar, conflicto bélico, conflicto militar o conflicto social.



Las definiciones 1, 2, 5 y 6 no parecen aplicables. En cambio podemos combinar 3 y 4 para definir conflicto político como "problema desgraciado de naturaleza política y de difícil salida."

Se produce un conflicto cuando dos (o más, pero para simplificar quedémonos con dos) partes persiguen a la vez objetivos incompatibles. En el conflicto político, estos objetivos son políticos. Por ejemplo, cuando dos comunidades que viven juntas, una quiere constituirse en forma de república y la otra, de monarquía. Sin embargo, la democracia es el mejor método que se ha inventado para resolver desacuerdos: la gente elige a sus representantes, que discuten las posibilidades de acuerdo con sus posiciones, y llegan a acuerdos aceptables por todos.

La cuestión es por qué hay algunas personas que suscitan conflictos insolubles, que plantean unas demandas inaceptables para una gran parte de la sociedad. Fernando Savater nos da una pista en el artículo Terror y conflicto político:

«Lo distintivo de estas supermafias ideologizadas es crear por medios criminales un tipo especial de conflicto político: "En estas 'nuevas guerras', el objetivo ya no es la victoria militar. La estrategia consiste más bien en obtener poder político sembrando el miedo y el odio, creando un clima de terror'. Su propósito es convertir en insostenible la situación de aquellos de los que quiere librarse."»

Compárese, por ejemplo, la petición del derecho al matrimonio homosexual con la petición del mal llamado derecho a decidir, que en realidad es reclamar que las comunidades autónomas españolas puedan escindirse del resto de España. El matrimonio homosexual fue reclamado inicialmente por un pequeño colectivo. Simpatizaron con él grupos progresistas y, a pesar de la oposición conservadora, se convirtió en ley. Se ha visto que no produce daño social, sino al contrario: aumenta las posibilidades del individuo, que ahora ya no se ve limitado por el sexo de la persona con la cual desea casarse.

En cambio, que se permita la secesión ha suscitado una oposición desde todos los sectores. Ha hecho desaparecer partidos (Unió). Ha provocado que miles de empresas huyan de Cataluña. Ha causado centenares de heridos, detenidos e innumerables retrasos y molestias. Lógico: quienes en Cataluña se oponen temen que, si se produjera esa secesión, los que tomaran el poder barrerían a sus oponentes. Con expulsiones directas, como  en Siria, o menos escrupulosamente, con paseos al amanecer. Pueden decir que son gente civilizada, pero la gente civilizada no promueve el lanzamiento de adoquines a la policía, no quema contenedores, no dispara cohetes a helicópteros y no prepara explosivos.

Para empezar a resolver el conflicto político es necesario que quienes lo empezaron, planteando demandas inaceptables para una gran parte de la sociedad, acepten públicamente que no era el momento, que pidan perdón por los daños causados (por cierto: que los pagaran sería realmente lo debido) y que se comprometan a perseguir sus ilusiones dentro de la legalidad. Una legalidad que, desde luego, se puede cambiar, pero transitando por las vías que ella misma marca.

De nuevo Savater: «En todas las democracias hay discrepancias, pero el conflicto empieza cuando unos bárbaros quieren resolverlas a tiros... El conflicto político consiste en presentar su proyecto de país como un derecho inalienable sin cuya aceptación toda paz será incompleta; y exigir diálogo, que en su lenguaje viene a ser sentarse en una mesa servida por ellos y darles resignadamente la razón. Pues va a ser que no.»

Todo el diálogo que se quiera. Pero auténtico. Pueden plantear los deseos que les apetezcan. Pero deben aceptar que la otra parte también tiene los suyos, igual de legítimos. Y que si no la convencen con argumentos sólidos —no con chantajes, bloqueos de carreteras, incendios o algaradas— la situación no va a cambiar. Si no quieren frustrarse, mejor que empiecen a perseguir objetivos que la gran mayoría pueda aceptar.

viernes, 7 de junio de 2019

Crear valor

Tal como contaba en Combatir la pobreza, en un entorno no desfavorable, una sociedad humana que funcione correctamente tiende a acumular riqueza. En el mundo actual estamos asistiendo a una destrucción acelerada de valor. Un ejemplo son los tipos de interés nominalmente nulos en Europa, y en la práctica, negativos, pues la inflación persiste. Otro tanto les sucede a las bolsas europeas. Más grave aún es el declive poblacional, tildado por algunos de suicidio demográfico. Sin confianza en el futuro, las personas fértiles no tienen todos los hijos que querrían tener, y que superarían la tasa de reposición (2,1 hijos por mujer). Una desconfianza plenamente justificada por los bajos salarios, la inseguridad laboral y la carestía de la vivienda.


Resulta paradójico, pero lo que crea valor (algo inmaterial) es la confianza. A comienzos de junio de 2019 se están hundiendo las bolsas mundiales (destruyendo por tanto el valor acumulado de las acciones que allí se negocian) porque la decisión de Trump de represaliar con aranceles a México para que frene la inmigración ilegal extiende el temor a un desencadenamiento de políticas similares en todo el mundo.

Para crear valor hay que generar confianza. Y la confianza se genera, en primer lugar, no amenazando. En segundo lugar, evaluando correctamente la situación, sin histrionismos ni alarmismos. Y en tercer lugar, poniendo en marcha medidas paulatinas, eficaces y consensuadas, y vigilando la respuesta que obtienen.

El primer paso para empezar a crear valor es renunciar a imposiciones arancelarias unilaterales, y dejar que la Organización Mundial del Comercio vaya levantando poco a poco las barreras que todavía persisten. El segundo es la aplicación estricta del Acuerdo de París contra el cambio climático. Si no hay futuro, y la tendencia actual va hacia catástrofes climáticas que podrían ocasionar la pérdida de entre el 15 y el 25 % del PIB mundial (en 2018 este fue de 78,9 billones de dólares, por lo que estas pérdidas alcanzarían los 20 billones de dólares), entonces es imposible que los bienes valgan más.

Imaginemos una aldea amenazada por un posible incendio donde los habitantes se enfrentan a la posibilidad de vender sus propiedades o arriesgarse a que el fuego las arrase. La reacción normal será vender a precio de derribo, con lo que todo el valor de casas y cultivos se reducirá prácticamente a cero ANTES siquiera de que las llamas hayan rozado un tejado. Quedará destruido el valor de los bienes, toda una vida de trabajo, esfuerzo y privaciones, incluso de los que se nieguen a vender. Porque el precio de algo no se genera por los esfuerzos que ha costado fabricarlo, sino por la utilidad previsible que le va a sacar quien piensa en comprarlo. Por eso, para crear valor, es necesario crear confianza en el futuro. Hay que sustituir la confrontación por la negociación. Una mala paz siempre es mejor que una buena guerra.

De modo más particular, se crea valor para un país, o incluso para una empresa, si se administra correctamente: si se toman las medidas adecuadas para que prospere, para que venda bien sus productos o servicios, para que forme a sus ciudadanos o empleados, para que cuide su salud y bienestar. Todo ello hace que más empresas quieran instalarse en ese país y (repito: si se administra correctamente) aumente el precio de sus suelos, crezcan los salarios y se incremente la prosperidad.