CUATRO MILLONES NOVECIENTOS DIEZ MIL PARADOS. MÁS DEL 21% DE LA POBLACIÓN ACTIVA. Es para gritarlo bien alto. Está claro que algo hay que hacer con ello. Para empezar a pensar fijémonos en las cifras: solo 11% en el País Vasco y más del 30% en Andalucía. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque en las autonomías con mayor índice de desempleo hay muchos activos que han perdido su trabajo y no tienen los conocimientos suficientes para ocupar alguna de las plazas vacantes, o no desean cambiar su residencia. Para combatir esto es necesario que el Organismo Nacional de Empleo investigue los conocimientos y habilidades que el mercado demanda (porque se siguen ofreciendo puestos, que no se cubren) y forme a las personas necesarias. Si por ejemplo hacen falta 200 técnicos de gestión de residuos, y sólo 50 personas se apuntan al curso, se ofrecen los euros que sean necesarios por cursarlo (¿1000? ¿2000? ¿5000?) hasta que se cubran las 200 plazas. También se deben aumentar los incentivos para los que cambien de localidad de residencia con el fin de ocupar un puesto laboral. Ya existen, pero a la vista de las diferencias en las cifras de paro de las autonomías, está claro que no funcionan.
Formación
La educación básica es un derecho, y no debe restringirse de ninguna manera, pero la educación superior, que en el mundo donde nos movemos da acceso al mercado laboral, y por tanto al puesto que la persona va a ocupar en la sociedad, debe ser orientada. La sociedad no puede pagar a cada persona el deseo de estudiar lo que quiera, y luego encontrarse con lagos de filólogos, como la CEE se encontraba con lagos de leche. La educación superior debe ofrecer los puestos que la sociedad vaya razonablemente a demandar. Si España necesita para su funcionamiento dos mil técnicos ambientales al año, no tiene sentido que en las universidades se estén formando cincuenta mil. Con los médicos está ocurriendo justo al revés: sería necesario que las facultades admitieran unos centenares más cada año (si es necesario, ampliando esas facultades o creando nuevas). Después de que una persona se haya formado y esté trabajando, si quiere estudiar otra cosa en sus ratos libres, por supuesto debería ser totalmente libre de hacerlo, e incluso la matrícula debería salirle más barata, porque esa persona, al estar trabajando y pagando sus impuestos, ya está contribuyendo a la sociedad.
Mete "Lo que hay que hacer" en Google y mira qué te sale: enlaces a un libro "Lo que hay que hacer con urgencia" del que las primeras páginas no están disponibles para descargar. Y mientras, tu ciudad, tu país, tu planeta bullen de problemas a los que no se pone remedio adecuado, cuando existen soluciones para todos. Escribo este blog desde Madrid, España, la Tierra, para unir mi voz a los que proponen estas soluciones y presionan para que se apliquen.
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En la Comunidad de Madrid están enseñando rápidamente alemán a un grupo de enfermeros para llevarlos a trabajar a Alemania. Clases gratuitas, casa gratuita, contrato fijo y 1.600 euros brutos al mes.
ResponderEliminarTendría que formarse a mucha más gente, en alemán y en francés (Canadá, y en concreto Montreal) necesita muchos trabajadores.