jueves, 1 de septiembre de 2016

Para que España tenga un Gobierno

Los resultados de las elecciones generales del 26 de junio de 2016 fueron los siguientes:

PP: 137 escaños
PSOE: 85
Unidos Podemos: 71
Ciudadanos: 32
ERC: 9
CDC: 8
PNV: 5
Bildu: 2
CC: 1

Para ser investido presidente, es necesario que el candidato obtenga mayoría absoluta (176 escaños) en una primera votación o mayoría simple en una segunda.



A mi entender, las elecciones del 26 de junio nunca se deberían haber celebrado, porque nos han metido en la dinámica antidemocrática de que, si a un partido con capacidad de bloqueo no le gusta el resultado electoral, se comporta de modo que se repitan las elecciones, y así hasta que salga lo que quiere.

Lo ideal habría sido que, tras forzar Podemos, en el pacto PSOE-Ciudadanos posterior a los comicios del 20 de diciembre de 2015, el mayor número posible de medidas sociales, Podemos se hubiera abstenido en la segunda votación. Esto no fue posible por los vetos mutuos entre Podemos y Ciudadanos.

También a mi entender, es imperativo modificar la Constitución en el sentido que propongo en esta entrada, y absolutamente imprescindible modificar la normativa para que los diputados y senadores electos no cobren un euro ni generen derechos pasivos (ahora, con dos legislaturas, duren lo que duren, aunque duren solo cuatro meses, ya tienen garantizada la pensión máxima) hasta que hayan elegido un Presidente del Gobierno.

Dicho esto, y con el objetivo de evitar al coste que sea unas terceras elecciones (que probablemente tampoco resolverían la cuestión, por lo que habría que ir a unas cuartas, unas quintas...), considero que son más probables las siguientes posibilidades.

1. Una investidura de Mariano Rajoy después de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre de 2016, con el apoyo de Ciudadanos, el PNV y CDC, estos últimos para que el PP del País Vasco y Cataluña apoye a su vez al PNV y CDC, tras fracasar la cuestión de confianza en el Parlamento de Cataluña.

2. Una investidura de Mariano Rajoy con la abstención del PSOE a través de un pacto que incluyera la dimisión de Rajoy en dos años, una nueva sesión de investidura y la abstención del PP en ella. Esto no es política ficción: ya se hizo para la alcaldía de Rincón de la Victoria (Málaga) tras las elecciones municipales de 2007.

3. Una coalición Ciudadanos-PSOE-Podemos, tal y como han propuesto más de cuatrocientos intelectuales y artistas. Es perfectamente posible. No hay ningún obstáculo insalvable. Las promesas electorales de Podemos sobre referendos de secesión pueden sustituirse perfectamente con el compromiso de que que Podemos presente, por los cauces previstos en la constitución, una propuesta de reforma para que permita la secesión de autonomías. Luego se votará, y lo que salga, salió. 

Otro centenar de intelectuales y políticos hicieron público el 21 de julio de 2016 otro manifiesto en que instaban a formar Gobierno cuanto antes, pero sin indicar qué partidos preferían que lo integraran.

2 comentarios:

  1. 1. El premio al ganador: en algunos países el partido que gana las elecciones recibe un regalo en forma de escaños extra.

    2. La segunda vuelta.

    3. Sin investidura, como en Noruega, Islandia o Dinamarca.

    4. La investidura fácil de algunas autonomías:
    - En Galicia no se prevé disolución de las Cortes tras un plazo determinado. Su estatuto solo establece que si no hay mayoría para la investidura, “se tramitarán sucesivas propuestas”.

    - En Asturias los diputados no pueden votar en contra. Si en la primera votación ningún candidato logra la mayoría absoluta, los dos más votados pasan a segunda ronda: quien saque más votos es presidente.

    - En Castilla-La Mancha, si después de dos meses de las elecciones no se ha elegido presidente por mayoría simple, queda nombrado automáticamente el candidato con más escaños.

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  2. sería bueno que PSOE, Ciudadanos, Podemos y nacionalistas se abstuvieran en bloque. La abstención múltiple, mutualizada, es neutral: reparte con más equidad la factura entre todos los opositores, acerca su coste a cero. Reduce la presión exorbitante sobre un solo partido.

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