jueves, 14 de mayo de 2015

Cómo deben ser las ciudades

Las ciudades bien planificadas, donde desde el hogar se puede ir a pie al trabajo o al ocio, son las mejores. Lo ideal es que la gente trabaje y se divierta sin salir del barrio donde vive.

Integración modal: intentar que todos los ciudadanos tengan a su alcance al menos un modo de transporte público (metro, autobús, tren, tranvía…). Y a ser posible, que no se solapen (por ejemplo, no tiene sentido que una línea de autobuses repita el trazado de una línea de metro). Son recomendables los pactos sociales por la movilidad (qué líneas de transporte público se hacen, qué aparcamientos disuasorios se construyen, qué carreteras se amplían…) respaldados directamente por los ciudadanos.

Si la trama urbana es poco densa (porque hay muchas viviendas unifamiliares o muchas áreas vacías) resulta difícil encontrar soluciones de transporte urbano eficaces y sostenibles. Los nuevos barrios deben planificarse en alta densidad (modelo Benidorm). Las zonas de residencia, trabajo y ocio no deben colocarse en extremos diametralmente opuestos de la ciudad, sino que deben entremezclarse tanto como sea posible, y planificarse nuevas centralidades (es decir, en lugar de un solo centro al que los ciudadanos acudan, debe haber más de uno).

17 comentarios:

  1. La Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del Banco Interamericano de Desarrollo, lanzada en 2011, ha aprendido lo siguiente en sus cuatro años de funcionamiento:

    A. Hay que integrar la planificación urbana con la gestión. Es decir, al planificar nuevas áreas de desarrollo urbano, hay que intentar paliar los problemas que ya tiene la ciudad, pero en ningún caso empeorarlos. Por ejemplo, si una ciudad tiene problemas de congestión de tráfico en dos (Norte y Este) de sus vías radiales, los nuevos barrios deberán construirse al Sur o al Oeste.

    B. La planificación y gestión de las ciudades debe integrar el cambio climático. Deben inventariarse periódicamente (al menos cada cuatro años) las emisiones de gases de efecto invernadero. Ha de elaborarse un mapa de riesgos y vulnerabilidades, y analizarse la huella urbana. Para reducir las emisiones debe aumentarse la eficiencia energética de los edificios y gestionarse óptimamente los residuos sólidos.

    C. Las ciudades deben construirse para las personas. Los ciudadanos deben ser el epicentro de la planificación y gestión de las ciudades. Asegurar un mejor acceso de todos a los servicios públicos no sólo mejora la calidad de vida sino también la equidad y la cohesión social. Crear espacios públicos peatonales seguros con buen diseño, elementos y dotaciones atractivas, con una diversidad de usos del suelo y un mejor reparto entre el espacio público peatonal y vehicular se logra con actuaciones relativamente sencillas y baratas sobre la utilización y distribución de espacios existentes. Formentar el activismo ciudadano a través de diversos canales de comunicación con la administración permite una mayor participación en el seguimiento y gestión de la ciudad, fortaleciendo las políticas y la sensibilidad hacia las necesidades de todos sus habitantes.

    D. Fiscalidad ordenada, gestión digital y buen gobierno hacen de las ciudades socios fiables.Las ciudades no sólo necesitan una mejor planificación a largo plazo, sino también una mejor gestión de sus finanzas. Han de ponerse todos los medios necesarios para que los ciudadanos estén informados de los impuestos que deben pagar y para que su pago les resulte sencillo. Asimismo debe perseguirse eficazmente a los que no pagan. Para ello pueden necesitarse cambios en las normativas nacionales o municipales. Los impuestos a la propiedad del suelo en las ciudades iberoamericanas representan en general menos de la sexta parte de la media de los países de la OCDE. Al recaudar poco, es también poco lo que estas ciudades pueden invertir, y presentan por ello una baja calificación crediticia que les impide acceder a los mercados financieros y ser atractivas a una mayor inversión privada.

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  2. E. Una mejor conectividad (redes de ADSL o fibra óptica) puede mejorar la capacidad de gestión y transparencia de los municipios y permite incrementar la participación ciudadana por medio de presupuestos participativos o servicios de información en línea. La mayor conectividad y la mejor prestación de servicios aumentan la confianza y la colaboración del ciudadano. También crean confianza entre los inversores privados, atrayendo así empresas y empleos.

    F. Gestionar bien el agua y los residuos sólidos preserva los activos ambientales, mejora la calidad de vida de los ciudadanos y hace a las ciudades más atractivas. Disminuye además los gastos en salud.

    G. Un buen modelo de movilidad público mejora la productividad y la calidad de vida. El resultado de este enfoque debe ser la reducción de tiempos de viaje, menor uso del transporte privado, menos emisiones de gases de efecto invernadero, aire más limpio y efectos positivos sobre la salud. Un buen modelo de movilidad no sólo incluye el transporte público de calidad, sino también la integración del uso de bicicletas, la recuperación e incremento de espacios peatonales, y autobuses propulsados por gas natural comprimido o gases licuados del petróleo (GLP).

    H. La seguridad es básica para el bienestar ciudadano, la cohesión social y la atracción de inversiones. Una ciudad segura incluye, por una parte, el uso de cámaras, una adecuada iluminación, diseño de espacios amplios y transitados, y una ciudadanía conectada por medios tecnológicos a la gestión municipal. Por otra parte debe actuar sobre las causas originarias de la inseguridad: desempleo, pobreza, tráfico de drogas, zonas urbanas degradadas, deficiencias en la educación, etc.

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  3. La respuesta está en la sostenibilidad, algo que se logra apostando por la eficiencia energética y construyendo de forma inteligente y respetuosa con el entorno. Un urbanismo sostenible y responsable, con edificios que no solo ahorren energía sino que sean capaces de generarla para ser autosuficientes, avanzados tecnológicamente y con los recursos técnicos necesarios para gestionar el agua y los residuos.

    Y por supuesto, ciudades centradas en la movilidad urbana sostenible, que apuesten firmemente por mejorar la eficiencia del transporte público.

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  4. Diversos estudios en poblaciones norteamericanas hallan que las ciudades concentradas (en contraposición a las dispersas) son más igualitarias y ofrecen más oportunidades para el ascenso social. Esto se debe a que invierten más en infraestructura (transporte público, polideportivos, bibliotecas...), favoreciendo así que jóvenes inteligentes y capaces, aunque de familias pobres, se formen y destaquen.

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  5. El arquitecto Carlos Lamela se lamenta de que los vecinos de Las Tablas o Sanchinarro, desarrollos en el norte de Madrid, tienen que pagar cinco o seis veces más en mantenimiento que los de los barrios tradicionales, mucho más densos.

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  6. Esta página en inglés del Consejo de Ciudades Inteligentes da ideas para reducir los delitos en las ciudades, mejorar la movilidad, disminuir la contaminación, usar eficientemente el agua y gastar menos energía.

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  7. Las ciudades del mundo tienen una hoja de ruta para los próximos 20 años. Es la Nueva Agenda Urbana, el documento que los Estados miembros de la ONU han aprobaron el 20 de octubre de 2016 en Habitat III, la conferencia sobre urbanización sostenible que se celebra cada dos décadas. Recomienda lo siguiente:

    1. Ciudades más compactas.
    2. Ciudades que luchen contra el cambio climático fomentando la bicicleta y el transporte público.
    3. Ciudades más saludables con menos contaminación y más zonas verdes.
    4. Ciudades inclusivas, que no marginen a los pobres, inmigrantes ni refugiados.
    5. Acabar con los asentamientos informales.
    6. Las ciudades deben crecer y desarrollarse según la planificación urbana pública, no según los deseos del sector privado, que no sabe hacer ciudades.
    7. Agua, luz y alcantarillado para todos los habitantes, sin discriminaciones.

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  8. Oklahoma City ha declarado la guerra a la gordura. Primero el alcalde, Mick Cornett, —al darse cuenta de su propia obesidad mientras una revista identificaba a su ciudad natal como una de las de mayor sobrepeso en América— retó a sus ciudadanos a perder entre todos 450.000 kilos (un millón de libras). Ganó.

    Pero ese objetivo era solo el comienzo. Cornett se puso en contacto con un experto en planificación llamado Jeff Speck, que llevó a cabo un estudio de la ciudad donde se concluía que tenía el doble de las carreteras necesarias. La consecuencia fue el desmantelamiento de su sistema de carriles de sentido único, que fomentaba la conducción rápida, y la puesta en marcha de un proyecto para instalar cientos de kilómetros de aceras, parques, árboles, carriles bici, complejos deportivos y aparcamientos en la vía pública con el fin de crear una ‘barrera de acero’ entre el ruido de las autopistas y los transeúntes.

    Lo siguiente va a ser la creación de un parque central de 30 hectáreas, pues, como demuestran varios estudios, la gente hace más ejercicio si cerca hay zonas verdes. “La mala salud americana es un problema de diseño urbano”, sostiene Speck, autor de un libro llamado Walkable City (Ciudad “caminable”).

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  9. La falta de ejercicio es uno de los mayores problemas de salud en el mundo. Mayor que el tabaco hace dos décadas. Caminar es sostenible en todos los sentidos. El coche tiene los días contados en la ciudad.

    En muchas ciudades chinas llegaron a prohibir las bicicletas. Pero ahora vuelven. El aire irrespirable que vemos en las noticias les ha llevado a pensar que estaban mejor con ellas.

    La bicicleta y las piernas son los mejores medios para moverse por una ciudad. En muy pocos sitios, como Dubái, puede hacer demasiado calor, pero hasta en Singapur nos pidieron incrementar el uso de la bicicleta a pesar de sus 30 grados y su altísima humedad. No caben más carreteras y tienen que combinar trenes y bicis.

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  10. Las medidas para solucionar el problema de la contaminación en las ciudades comienzan por planificar ciudades compactas, garantizando viviendas energéticamente eficientes, con un buen transporte público y un diseño de espacio urbano atractivo y seguro para peatones y ciclistas, no para el vehículo.

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  11. Richard T. T. Forman, catedrático de la Universidad de Harvard y padre de la ecología urbana, ha desarrollado el concepto de región urbana con la intención de redimensionar las ciudades y poder paliar estos desajustes. La región de Forman es el espacio con el que una ciudad tiene que contar para generar y acceder a sus recursos con un cierto margen de autonomía. Incluye no solo las áreas propiamente urbanas, sino una gran extensión de espacio verde que a su vez engloba parques, bosques, áreas de producción agrícola, así como zonas verdes no desarrolladas y con gran valor ecológico. Una vez definida la región es importante establecer las prioridades ecológicas para mitigar un posible desastre natural. Para Forman, lo principal es respetar e interconectar las áreas dedicadas al agua y la biodiversidad. A continuación, hay que definir las áreas de producción agrícola y energética y ubicar las actividades industriales de manera que no contaminen las áreas contiguas. El grueso de lo que denominamos ciudad, esto es, las zonas urbanizadas principalmente por vivienda, queda relegado a un último lugar para evitar que ocupe áreas protegidas para el agua o la biodiversidad, y susceptibles de quedar afectadas por contaminación, inundaciones o incendios.

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  12. Autores: Emilio Ontiveros, Diego Vizcaíno y Verónica López Sabater

    (para ir a la página de descarga del PDF, pinchar en el título de este comentario)

    El hecho de que la ciudad esté conectada no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar la calidad de los servicios públicos y del entorno en el que los ciudadanos desempeñan sus actividades diarias.

    Las TIC son condición necesaria, pero no suficiente, para mejorar la eficiencia en la prestación de servicios. Debe primarse la eficacia (cumplir los objetivos) sobre la eficiencia (cumplirlos empleando el mínimo de recursos).

    La ciudad debe contar con un plan estratégico que comprenda la declaración de los objetivos buscados, los resultados esperados y los indicadores de seguimiento para comprobar periódicamente si se lleva un rumbo correcto o hace falta tomar otras medidas.

    Todo lo que se quiera mejorar se debe medir periódica, objetiva y fiablemente. Las mediciones se deben hacer públicas de manera sencilla e inmediata.

    El ciudadano es fundamental. Debe participar en las consultas, aportar opiniones y denunciar las incidencias. A su vez los poderes públicos de la ciudad deben informarle y consultarle.

    Cada problema de la ciudad tiene una o varias soluciones. La tarea de las autoridades es, de acuerdo con los ciudadanos, elegir y aplicar el conjunto óptimo de soluciones, comprobar su desempeño y estar atentas al surgimiento de nuevos problemas.

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  13. El Centro Internacional de Crecimiento, con sede en Londres, publica una serie de vídeos y textos de prestigiosos economistas donde se explican (en inglés) las claves de la política urbana para conseguir ciudades más agradables y que fomenten más el crecimiento económico.

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  14. La ciudad de Los Ángeles logró el año pasado reducir en más de un 80% la suciedad de sus calles. En la mayor parte de su territorio ha dejado de haber depósitos ilegales de basura, residuos que no se recogen, escombros o incluso hierbajos. Todo gracias a un programa informático, GeoHub, que saca los datos del Excel para representarlos en un mapa.

    La suciedad de las calles era una de las principales quejas de los angelinos. El departamento de saneamiento de la ciudad documentaba cualquier depósito ilegal de basura, analizaba la limpieza de las calles y señalaba los puntos de acumulación de residuos más preocupantes. Esa información fue recogida y visualizada en el GeoHub, que clasificó las calles en función de su limpieza. Tras un año de recolección de datos se ha podido reducir en un 82% el número de calles calificadas como ‘no limpias’.

    Respecto a los accidentes, las víctimas mortales de la ciudad desde 2003 se pueden ver en un mapa. En GeoHub se elaboró un callejero con las zonas de alta concentración de accidentes con resultado de muerte o lesión grave a lo largo de cinco años. Se descubrió que el 65% de las colisiones más mortales ocurría en solo el 6% de las calles angelinas. Con ese dato se ha determinado qué zonas son las que necesitan una acción más inmediata, y en ellas se centra el plan aprobado en enero de este 2017.

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  15. El informe de economía y desarrollo 2017, "Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para América Latina", de CAF-banco de desarrollo de América Latina, aconseja:

    * El objetivo no debe ser tener ciudades más extensas o más compactas. Lo relevante es la accesibilidad, que se puede lograr tanto en una ciudad del tipo monócentrica, de extensión relativamente baja (y con alta densidad), gracias a muy buena infraestructura de transporte público (por ejemplo, subtes) como en una ciudad más extendida, policéntrica, donde las autopistas, el automóvil y la descentralización de los empleos también permiten a las familias acceder a trabajos y otros servicios.

    * Las políticas de movilidad deben intentar resolver los problemas de eficiencia y equidad, por lo cual su fin no debe ser eliminar la congestión o maximizar los kilómetros recorridos por personas o mercancías, sino mejorar la accesibilidad y el bienestar social, minimizando las externalidades vinculadas con el uso del transporte motorizado, promoviendo la provisión adecuada de infraestructura, resolviendo los desafíos de funcionamiento propios del servicio de transporte público y garantizando que las opciones de movilidad sean adecuadas para las necesidades de los distintos grupos de la población, particularmente para aquellos con menores recursos. En esta búsqueda las políticas de movilidad se complementan con las de suelo y vivienda.

    * Para definir la política de vivienda debe reconocerse que las carencias observadas en esta materia son consecuencias de dos factores simultáneos: los bajos niveles de ingreso que limitan la capacidad de consumo de los hogares y las ineficiencias en la oferta inmobiliaria que frenan y encarecen la creación de unidades. En ese contexto, una política habitacional sistémica, que busque mejorar el acceso a viviendas de calidad para todos, debe empezar por destrabar la oferta en este mercado. Esto supone racionalizar los marcos regulatorios de uso del suelo y los códigos de edificación, agilizar los procesos burocráticos asociados a permisos de construcción y registros de propiedad, y fomentar la profesionalización y la competencia en la industria de la construcción.

    * Además de procurar un mercado hipotecario amplio, las políticas que busquen aumentar la demanda de vivienda deberán pensarse siempre como complementarias a las iniciativas dirigidas a expandir la oferta de unidades. Deberían evitarse los subsidios generales a la adquisición de vivienda. En su lugar, es fundamental identificar los cuellos de botella específicos que limitan el acceso a la vivienda de ciertos segmentos de la sociedad (por ejemplo, falta de ahorros o informalidad laboral) y aplicar correctivos de manera discriminada y focalizada.

    * Por otra parte, el alquiler también puede desempeñar un papel importante. En ese sentido, es necesario racionalizar las regulaciones al alquiler, promover un marco legal que ampare en igual medida a arrendatarios y arrendadores, y evitar los controles de precios.

    * En general, para administrar mejor las ciudades es necesario crear más capacidades estatales para la gestión metropolitana, establecer instituciones y herramientas que permitan dar soluciones concretas a problemas claves de coordinación a nivel metropolitano, y fomentar la participación ciudadana y la rendición de cuentas.

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  16. La estrategia de las grandes ciudades está clara desde hace años:
    • recomponer un espacio público excesivamente colonizado por el automóvil
    • aumentar los espacios para peatones y movilidad no contaminante
    • incrementar las zonas verdes y la calidad del deambular de los habitantes

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  17. Todo el crecimiento de población debe darse elevando las alturas de los edificios dentro de la mancha urbana actual, no expandiendo ilimitadamente esta mancha.

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