domingo, 12 de junio de 2016

Combatir eficazmente el yihadismo

Prosiguen los asesinatos terroristas por parte de fanáticos musulmanes: 137 personas muertas en los atentados de París de noviembre de 2015, 14 en el atentado de San Bernardino en diciembre, 35 en los atentados de Bruselas de marzo de 2016, 50 en la masacre de Orlando en junio de 2016... Sin contar los miles de fallecidos que han producido en otros países. Al mismo tiempo que el Estado Islámico (Daesh) está perdiendo la batalla militar sobre el terreno.



Muy probablemente ambas tendencias estén relacionadas: como el Daesh no dispone de soldados ni material suficiente para el campo de batalla, ordena atentados en los países coligados contra él. O bien los partidarios del Daesh, al conocer las derrotas, atacan lugares públicos de esos países.

El mayor peligro que suponen estos atentados es que se empleen como excusa para convertir democracias en regímenes autoritarios. La masacre de Orlando favorecerá las aspiraciones presidenciales de Donald Trump, que promete prohibir la entrada en EE.UU. a todos los musulmanes. Aunque en este caso no habría funcionado, porque el asesino era norteamericano.

Urge, por tanto, no digo reforzar, sino mejorar las medidas que se han tomado hasta ahora. Para luchar eficazmente contra el yihadismo no hay que examinar hasta el último calcetín de los viajeros aeroportuarios. Pero sí se deben tomar otras medidas:

  1. Bloquear el acceso a los sitios web yihadistas.
  2. Dificultar su funcionamiento con ataques de denegación de servicio o infección con virus.
  3. Hacer que no aparezcan en buscadores.
  4. Convertir en delito que una persona acceda a ellos, salvo si es policía.
  5. Impedir que los terroristas se financien con el sistema islámico de transferencias hawala, o infiltrar soplones en las redes para que informen de operaciones sospechosas, o recompensar generosamente a los denunciantes anónimos que aporten información.
  6. Impedir que, en las cárceles, los radicales radicalicen a pequeños delincuentes desideologizados (por ejemplo, cambiándolos de prisión, procurando que no coincidan en el patio, etc.).
  7. Crear centros de desradicalización de jóvenes y procurando su buen funcionamiento.
  8. Prohibir la financiación de confesiones religiosas por parte de Gobiernos extranjeros y, a la vez, facilitar que los fieles nacionales financien el culto (con desgravaciones fiscales generosas, por ejemplo).
  9. Procurar la colaboración de las asociaciones musulmanas moderadas (que son mayoritarias y las primeras perjudicadas por el yihadismo), tanto para denunciar a las personas que se puedan estar radicalizando, y "desprogramarlas", como para facilitar a sus jóvenes la igualdad de oportunidades, a la que tienen derecho como el resto de los ciudadanos.
  10. Reforzar (aquí sí) la lucha contra los paraísos fiscales.
  11. Controlar las armas. En los países donde la población general tiene prohibido llevarlas (que es, con mucho, lo mejor), asegurarse de que se cumple. No puede ser que en Francia sea más fácil conseguir un kaláshnikov que un caramelo. En EE.UU., donde siguen con su Segunda Enmienda así los maten (literalmente), impedir al menos que las personas sospechosas de vínculos con grupos terroristas o con expectativas de comportamiento violento (por violencia doméstica, amenazas públicas, etc.) accedan a ellas y registrar, con orden judicial, sus domicilios y vehículos de vez en cuando.

17 comentarios:

  1. En primer lugar, necesitamos tanto limitar como gestionar con más inteligencia el flujo de inmigrantes. En particular, tenemos que cambiar la clasificación artificial existente entre solicitantes de asilo, refugiados e inmigrantes económicos. La magnitud de la actual afluencia de inmigrantes convierte este marco de referencia en poco menos que absurdo. Sin duda, sería mejor seleccionar a las personas en función de quién tiene más posibilidades de adaptarse.

    Segundo, hay que crear una infraestructura dirigida a acelerar el proceso de adaptación. No basta con que un inmigrante aprenda el idioma local y consiga un trabajo. Tiene que estar dispuesto a adoptar los valores del país que le ha dado asilo. La obligación del Gobierno en cuestión es velar por que el inmigrante se familiarice con esos valores, y hacer que se los transmitan instructores que sepan apreciar lo que está en juego.

    En tercer lugar, es crucial que los Gobiernos europeos desarrollen un procedimiento eficaz de repatriación de las personas incapaces de adaptarse o que no están dispuestas a hacerlo.

    En cuarto lugar, tenemos que revisar los sistemas judiciales penales europeos. Estos sistemas son demasiado tolerantes con los delincuentes. Y, lo que es peor, las cárceles europeas funcionan cada vez más como centros de extremistas dedicados al proselitismo. La solución sería crear e implementar un programa carcelario que vele por que los islamistas no tengan ocasión de adoctrinar a los reclusos.

    En quinto lugar, el sistema de residencia y ciudadanía permanente se debería actualizar para que refleje la realidad sobre el terreno. Se ha otorgado la ciudadanía a demasiados fanáticos. Se debería considerar que cualquiera que declare lealtad al Estado Islámico ha renunciado a la ciudadanía europea.

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  2. Propongo el aislamiento de los presos islamistas, porque hay un proselitismo en las cárceles. Pido la creación de un servicio de información de prisiones. Todo extranjero o binacional que tenga nexos con actividades o redes terroristas debe ser expulsado de inmediato.

    P. ¿Y en el caso de binacionales nacidos en Francia?

    R. Pido la asignación de residencia para todo sospechoso de conexiones directas o indirectas con el terrorismo y la colocación de un brazalete electrónico para seguir a esos individuos. Reclamo la creación de centros de desradicalización para individuos condenados. La prisión es el castigo por los horrores que han podido cometer, pero no puede ser que regresen a la salida a su mundo natural; no antes de pasar por un centro de desradicalización y de demostrar a la sociedad que ya no son una amenaza.

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  3. Durante seis meses, una comisión de investigación de la Asamblea Francesa ha analizado los peores ataques terroristas de la historia reciente del país, los sufridos en 2015. Sus conclusiones, aprobadas el 5 de julio de 2016, son preocupantes: Francia no está preparada para atentados de tal envergadura.

    La constelación de siglas de organismos dedicados al espionaje es impresionante: la DGSI de espionaje interior, la DGSE (exterior), el SCRT (servicio central), la SDAO (anticipación operativa de la policía nacional), la SDAT (de la policía judicial)... El informe parlamentario pide racionalizar y jerarquizar el espionaje francés bajo una única jefatura.

    Pide también que se aumente la dotación policial con 2.000 nuevos efectivos, que se reduzca el despliegue militar (10.000 efectivos) y se les dote al tiempo de armas cortas.

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  4. La prevención de futuros atentados pasa necesariamente por la localización, identificación, aislamiento y control de aquellos jóvenes cuando están en la fase de adoctrinamiento, reclutamiento o preparación. Pero esa identificación es casi imposible obtener en el seno de una comunidad tan marcadamente teocéntrica como es la musulmana y donde el terrorista aparece siempre como un fervoroso creyente. Se hace entonces necesario recurrir al uso de tecnologías que rompan una barrera que hasta ahora se ha demostrado inexpugnable. Unas tecnologías que aporten información sobre la identidad, los planes y las conexiones de los terroristas; una tecnología para el exclusivo fin de prevenir unos atentados que por sus dimensiones y su brutalidad están afectando ya a la propia raíz de la sociedad civil y del Estado.

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  5. Apremia una implementación efectiva y localizada del Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta (PEN-LRV) al tiempo que deben mantenerse como prioritarias la cooperación bilateral con Marruecos y la multilateral en la Unión Europea. España ha de favorecer iniciativas legítimas de la comunidad internacional en zonas que son foco de la amenaza de EI. La revisión de la Estrategia Integral Contra el Terrorismo Internacional y la Radicalización (EICTIR) ofrece una oportunidad para el consenso parlamentario que cuenta con el mecanismo del pacto antiyihadista.

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  6. El meollo del problema es el manejo de la información. Los servicios de inteligencia europeos deberían intercambiar datos relevantes y comunicarse fluidamente. Hoy por hoy, no es así. Y eso explica, en parte, que individuos fichados en Bélgica actuasen con cierta impunidad en París. Mientras el terrorismo yihadista basa su éxito en la superación de las fronteras y en actuar en todas partes, las policías y los servicios de seguridad, cuyo reto es evitar esos atentados, se mueven todavía dentro de márgenes y legislaciones estatales.

    La ciudad de Bruselas, por ejemplo, tiene seis cuerpos policiales ­locales y uno de ámbito federal. El organigrama de la seguridad está hecho para un marco nacional y no para el terrorismo global. Y no sólo por las competencias, sino también por la naturaleza y la mentalidad de estos servicios, propensos a reservarse la información y sus fuentes.

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  7. Cada una de las medidas antiterroristas que se pongan en marcha puede ser eficaz o no, y no es posible asegurarlo a priori. Todas deben ser objeto de supervisión, por lo que la responsabilidad política y social no puede reducirse a un acto legislativo.

    Para superar esta dinámica hay que introducir mecanismos de supervisión que acompañen la ejecución de las medidas y valorar objetivamente su coste y su impacto.

    Las lecciones aprendidas también permitirían conocer quién hace qué mejor que otro y, en consecuencia, ayudar a distribuir las competencias de seguridad entre la Comisión y los Estados miembros sobre una base objetiva, en lugar de hacerlo sobre el debate ideológico de más o menos Europa.

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  8. Desde diciembre de 2015 Francia ha ordenado el cierre de una veintena de mezquitas radicales. Desde 2012, 80 imanes han sido expulsados del país por su discurso contrario a los valores de la República. El Gobierno y el Consejo Francés del Culto Musulmán crearán antes de finales de año una Fundación con el objetivo de “garantizar la transparencia” en la financiación de mezquitas. Se estudia prohibir la financiación extranjera en su construcción.

    Una de las grandes cuestiones corresponde a la formación de los imanes, para los cuales se estudia una base de enseñanza común. El CFCM ha creado también un consejo teológico que trabaja desde mayo de 2016 en las formas de “desmontar la argumentación yihadista”. Después del verano iniciará también la redacción de una convención que se distribuirá a los imanes de todo el país.

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  9. - Creación de una nueva agencia nacional de inteligencia, similar a la NSA estadounidense, destinada a combatir el terror cibernético.

    - Expulsar más rápidamente a los extranjeros que cometan delitos.

    - Expulsar a los extranjeros que tengan en su poder varios documentos de identidad.

    - Quitar la nacionalidad a aquellos ciudadanos alemanes que cuenten además con otra y estén combatiendo en el extranjero en las filas de un grupo terrorista.

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  10. Entre septiembre y noviembre de 2016, se crearán, por un lado, la Fundación para el Islam de Francia, que presidirá el antiguo ministro del Interior Jean-Pierre Chevènement, y por otro lado una asociación con una misión más bien cultural.

    La Fundación, a semejanza de otras fundaciones públicas como la de Notre-Dame, para los católicos, tendrá por objeto "apoyar proyectos educativos, culturales y de compromiso con los jóvenes", por un lado, y también se responsabilizará de la "formación de los imanes, el desarrollo de la investigación de la islamología para facilitar un mejor conocimiento del islam a través de producciones literarias y artísticas", según detalló el Ministro del Interior francés.

    La asociación, por su parte, tratará de establecer una vía de financiación paralela en un momento en el que el Estado intenta reducir la cantidad de dinero extranjero que entra en el país para construir mezquitas y otros lugares de culto. Actualmente la financiación de las mezquitas procede en un 15 % del extranjero. La idea es que el dinero llegue a través de contribuciones privadas y donaciones, para lograr poco a poco una autosuficiencia.

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  11. Casi medio millón de armas de fuego han sido perdidas o robadas desde mitad de los noventa. Una parte de ellas está en manos de delincuentes.

    Además están las armas "inutilizadas" que pueden comprarse legalmente y, en talleres ilegales, volverse a activar con facilidad. El terrorista que atentó en el supermercado judío de París, Amedy Coulibaly, empleó una de ellas.

    Más allá de la desactivación, Bruselas pretende incluir las armas semiautomáticas más peligrosas dentro del grupo que solo puede ser adquirido por fuerzas de seguridad —nunca por ciudadanos comunes, por muy "desactivadas" o "inutilizadas" que estén— y endurecer la venta por Internet.

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  12. las autoridades italianas han recurrido a las lecciones aprendidas con las dos experiencias más importantes de los últimos 40 años: los éxitos obtenidos en la lucha contra el terrorismo interno y contra la mafia. En ambos casos, las instituciones lograron resultados, no con un mayor énfasis en el papel de los servicios de inteligencia, sino reforzando los de las fuerzas del orden y los jueces. No renunciaron a instrumentos de investigación más modernos y eficaces, pero siempre los introdujeron con la aprobación del Parlamento: por ejemplo, se crearon leyes avanzadas sobre colaboradores de la justicia, los llamados arrepentidos, y normas sobre escuchas telefónicas que están en constante actualización y, hoy en día, abarcan las actividades encubiertas en Internet.

    La Europa sin fronteras mantiene unas barreras entre sus respectivas magistraturas, con leyes tan diferentes que facilitan la infiltración de terroristas. Pero la forma de derrotarlos no es recurrir solo a la información. Hay que empezar cuanto antes a homogeneizar los ordenamientos jurídicos, las leyes y los procedimientos.

    Por ejemplo, es necesario que las pruebas obtenidas en un país de la UE sean admisibles en los procesos de otro país miembro, cosa que hoy, muchas veces, es imposible. Y el punto de partida deben ser las interceptaciones —telefónicas, presenciales o cibernéticas—, que han demostrado que son el instrumento fundamental para la represión de este fenómeno: lo que se escucha en Italia o Alemania debe poder valer como prueba en Francia o España.

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  13. Desde julio de 2014 los presos por yihadismo en España están incluidos en un Programa de Intervención y Prevención específico para prisiones en contra de la radicalización, que se concreta en un boletín semanal elaborado por un equipo multidisciplinar de especialistas. En él se da cuenta de los comportamientos y actitudes de estos internos con información de confidentes que forman parte de la población carcelaria, funcionarios, llamadas intervenidas a familiares, conversaciones con otros presos… Todos los datos recabados se estudian para prevenir procesos de radicalización dentro de la cárcel y fuera: no dejan de vigilarse las relaciones que mantienen con el exterior antes y después de salir, ante la posible comisión de actos terroristas o de apoyo al terrorismo una vez en libertad.

    Por eso no solo se actúa sobre ellos, sino que se han creado otros dos grupos de control. Así, en el grupo A estarían esos 94 preventivos o penados por participar en actividades yihadistas.

    En el grupo B hay 34 “potencialmente radicalizadores”. Internos que están encarcelados por otros motivos pero que pueden ejercer de reclutadores o captadores “por sus dotes de liderazgo, porque tienen experiencia en conflictos militares, porque son respetados internamente, o porque muestran profundos conocimientos de su religión y de la historia de sus tradiciones”. Actúan con individuos aislados o grupos reducidos y disponen de una capacidad económica que les convierte en facilitadores de recursos, señalan los expertos.

    En el grupo C hay 95 miembros controlados por ser susceptibles de ser captados. “Son reclusos que muestran una visión excluyente y totalitaria de su religión, personas decepcionadas, con un proyecto de vida frustrado, solitarios, inseguros. Gente seducible con proclamas que responsabilizan a Occidente de todos sus males”, explican.

    Fuera de la prisión se controla a los imanes que entran y salen para cumplir labores pastorales. Al igual que se sigue a presos como Rafa Zouhier, cómplice del 11-M, que quedan en libertad (16 de marzo de 2014) y se les expulsa y se les pone directamente en la frontera, como dicta la ley.

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  14. Este centro con sede en Quebec (Canadá) ofrece documentos y ayudas para prevenir la radicalización yihadista.

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  15. En esta página se puede comunicar a la policía de España cualquier incidencia que, haga sospechar del inicio o desarrollo de un proceso de radicalización o de gestación de conductas extremistas, intransigentes o de odio por razones racistas, xenófobas o religiosas.

    La comunicación puede hacerse anónimamente (solo hay que comunicar los hechos sospechosos). No es necesario que el comunicante se identifique.

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  16. Es necesaria la fuerza de la ley, traducida no solo en la persecución de cualquier célula terrorista en sus orígenes, sino en la asfixia de sus aparatos de reclutamiento y financiación. La unidad es también indispensable, una unidad real, que pasa por compartir información a través de la cooperación policial, militar y de los servicios de inteligencia y reforzando nuestros sistemas tecnológicos conscientes de que el ciberespacio se ha convertido en escenario principal de la batalla.

    Y sobre todo, es imprescindible reforzar los principios que dan sentido a Europa. Debemos apoyar a los países donde se ha instalado el ISIS, no solo en el campo militar, sino también construyendo su institucionalidad y Estado de derecho. Y también debemos actuar en casa, apostando por la integración de las minorías musulmanas.

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  17. Para evitar que resurja el Daesh ahora derrotado hay que preguntarse por qué surgió en primer lugar. Fue una respuesta radical suní ante la invasión de Irak de 2003, el desmantelamiento del Estado –y el encarcelamiento de muchos de sus mandos militares–, la toma del poder por los chiíes en Irak, con luego la ramificación siria a raíz de la guerra civil, y la creciente autonomía de los kurdos. El Daesh solo se desactivará si los suníes recuperan la seguridad y una parte de poder en Irak (y en Siria). Es decir, si hay reconciliación nacional.

    Como han señalado Francia y Alemania en una declaración conjunta, “la derrota de Mosul representa una oportunidad única de reconstruir el país [Irak] y trabajar por la consecución de la reconciliación nacional”. “Si queremos impedir que emerjan un ISIS 2.0, el Gobierno iraquí va a tener que hacer algo muy diferente”, ha afirmado el general Townsend. La tarea de reconciliación nacional es sumamente compleja, en Irak (donde mandan los chiíes y, en su territorio, los kurdos) y en Siria donde antes habría que poner término a la guerra civil. Previsiblemente, la reconstrucción le tocará, una vez más, a Europa y los ricos países petroleros de la zona. ¿Y la reconciliación? Irán tendrá bastante que decir y hacer al respecto. La reconciliación no podrá ser sólo nacional. Tendrá que ser también regional.

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