miércoles, 28 de septiembre de 2011

Por un sistema eléctrico justo (I)

[he desarrollado esta entrada en la más reciente Por un sistema eléctrico justo (II)]

El funcionamiento del mercado eléctrico español se explica muy bien en Ponderalia:

Cada día, OMEL (Operador del Mercado de Electricidad) fija en una subasta, supervisada por una comisión de representantes de los productores, distribuidores, comercializadores y consumidores cualificados, los precios del día siguiente. En primer lugar entran las energías mas baratas y la nuclear; ésta tiene preferencia por el alto coste que tiene parar y volver a poner en marcha una central de estas características y por eso se le asigna un coste cero. Acto seguido entran las renovables por normativa legal, también a coste cero. Y por último van entrando las más caras, que suelen ser gas y carbón. Lo curioso es que la última energía en entrar fija el precio del resto. Así, si la última en entrar es el gas y tiene un precio de 60 €/MWh, las demás serán pagadas al mismo precio, aunque realmente sean más baratas.

Caso aparte son las renovables: entran con coste cero al estar primadas y son pagadas también al precio marcado en las subastas. Ello tiene dos efectos. El primer efecto es que baja el precio conjunto Esta situación ha llevado en épocas de bajo consumo y alta entrada de renovables en el sistema a que el coste de la energía fuese cero, lo que es absurdo. Y en segundo lugar tenemos el gran timo que es cobrar abultadísimas primas y por otro lado entrar en el mercado de las subastas de OMEL, obteniendo así beneficios por los dos lados es decir, además de ser de por sí una energía cara la pagamos muy por encima de su valor real y por partida doble.

Por todo esto la solución a esta problemática pasa por la liberalización plena del sector incluyendo tanto producción como distribución y transporte aparte de permitir a los usuarios el cambio de compañía eléctrica sin trabas de ningún tipo.



http://jumanjisolar.com/comunicacion/la-verdad-sobre-el-mercado-electrico incide sobre este funcionamiento absurdo (pagamos patatas a precio de mangos).

Hay que decir que las empresas no deciden qué instalaciones entran en funcionamiento en cada momento, sino que van entrando según un programa previo establecido por el operador del sistema eléctrico. Sin embargo, existe la sospecha  de que las empresas eléctricas manipulan la subasta para que entren más centrales de producción cara de las que entrarían si el sistema estuviera orientado a producir electricidad al mínimo precio posible. Esta sospecha ha dado lugar a investigaciones de la Comisión Nacional de Energía y de la Comisión Nacional de la Competencia

¿Cómo se puede manipular? Por ejemplo, programando mantenimiento (y por tanto, paro) de centrales baratas en períodos de mayor demanda de electricidad, con lo cual se fuerza a que entren centrales caras y el precio suba.

¿Qué es necesario hacer en este mercado? Estoy plenamente de acuerdo con que entren primero las energías más baratas (hidroeléctrica) y la nuclear (lo que no es contradictorio con mi convencimiento de que la energía nuclear debe eliminarse y, sin construir centrales nuevas, deben ir cerrándose las existentes según completan su ciclo vital), después entren las renovables y por último, las más caras. A lo que me opongo frontalmente es a que en un determinado momento se retribuya toda la energía al coste de la más cara. Tiene que existir un impuesto a la producción de electricidad, dependiente de cada central y del coste fijado por la subasta cada día, cuyos ingresos vayan a cubrir el déficit de tarifa.

 Un ejemplo: supongamos que el 28 de septiembre de 2011 OMEL fija para el día siguiente un precio P de 60 €/MWh.

La central nuclear de Ascó II tiene este año un coste de producción C de 18 €/MWh, contando todo: coste de las instalaciones, IBI, amortizaciones, personal, seguros, combustibles, residuos... Todo. Este coste de producción lo fijaría anualmente el Estado para cada central (hidroeléctrica, térmica) teniendo en cuenta dichos costes, la cantidad de electricidad producida el año anterior y la esperable el año en curso.

Entonces esta central debería pagar por la electricidad producida el 29 de septiembre de 2011 (y que, recordemos, le sería retribuida a 60 €/MWh) un impuesto

I = P – C * 2 * Interés legal del dinero

La ley de Presupuestos Generales de cada año se encarga de fijar y actualizar a los valores de mercado el tipo de interés legal del dinero (ILD). En los presupuestos para el año 2011 este tipo se fijó en el 4%. Por tanto, el impuesto para esa central ese día sería 60 – 18*(1 + 0,04*2) = 40,56 €/MWh.

Para las renovables se deberían tener en cuenta las primas. Si una central solar fotovoltaica tiene una prima R de, digamos, 50 €/MWh y su coste de producción es 90 €/MWh, no es justo que reciba 60 + 50 = 110 €/MWh. Debe seguir primándose a las renovables, pero de forma ajustada a los costes reales de producción de cada instalación (diferentes tecnologías tienen rendimientos y costes muy distintos). Para las renovables, si la prima R es superior a su coste C, el precio que reciben debería ser cero (y en ese caso tampoco deberían pagar impuesto sobre la producción de electricidad). Si, por el contrario C > R, entonces deberían pagar el siguiente impuesto:

I = P – (C –R)* 2 *ILD

12 comentarios:

  1. Para las centrales térmicas (carbón, fuelóleo y gas) el cálculo del coste debería ser trimestral, ya que depende fuertemente de las cotizaciones del mercado de combustibles, y éstas son muy variables.

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  2. A finales de diciembre de 2010, como parte de las medidas contra el déficit de tarifa, el Gobierno español anunció un nuevo peaje a la generación de 0,5 euros por MWh, con el objetivo de ingresar una media de 150 millones de euros.

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  3. El 18 de diciembre de 2011, en el artículo "Dos modelos que hacen agua": la reforma que prepara Cameron propone que del mercado diario de generación se excluyan la tecnología hidráulica y la nuclear para aplicarles un precio fijo.

    Esta propuesta ya se hacía en un libro blanco publicado por el Ministerio de Industria español en 2005, pero se quedó en un cajón.

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  4. La Unión Española Fotovoltaica (Unef) propone al Ministerio de Industria, Energía y Turismo una profunda reforma del mercado mayorista de electricidad en la que las renovables salgan de este sistema de casación de precios y deje de existir el concepto de prima. La propuesta fue anunciada por el miembro de la junta directiva de la federación fotovoltaica Jorge Morales.

    Según él, con ese mecanismo, cada tecnología renovable tendría una tarifa fija y dejaría de entrar en el pool a precio cero. En la actualidad, las renovables abaratan el precio del mercado mayorista al entrar a cero, pero no la tarifa final que paga el consumidor, ya que posteriormente se paga a estas tecnologías una prima que repercute en el recibo.

    Esta prima es la diferencia entre el precio de mercado y el precio del megavatio (MW) asignado a cada tecnología. Unef denuncia que con el actual sistema, las renovables provocan un abaratamiento en el mercado eléctrico, lo que a su vez eleva las primas y hace que se perciba a estas tecnologías como más caras.

    El modelo actual, según UNEF, no sólo perjudica al consumidor español, sino que beneficia además al francés. El pool está marcando precios por MW diez euros inferiores a los de Francia, lo que hace que la electricidad se exporte al país vecino, cuyos habitantes pueden disfrutar a menor precio de una luz producida en España con fuentes renovables. Mientras, la prima la paga el usuario español. Además de esa reforma, UNEF reclama más interconexiones con Francia.

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  5. Declaraciones en Los desayunos de TVE el 16/01/2012: "En el denominado pool (mercado mayorista de electricidad) hay fuentes que tienen un coste muy inferior al de otras y que luego cobran el precio más elevado, en virtud del sistema marginalista de precios."

    El sector interpreta las palabras de Soria como un aviso de que reformará el pool para achicar el denominado déficit de tarifa (diferencia entre ingresos y costes regulados) y corregir lo que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) definió en 2008 como "beneficios caídos del cielo" (windfall profits) para las eléctricas gracias a que muchas centrales atómicas e hidráulicas están amortizadas.

    Esa tesis figuraba en un informe al que se opuso el entonces vicepresidente de la CNE, Fernando Marti, actual secretario de Estado de Energía.

    Soria dijo que su "prioridad" es atajar el "ritmo desaforado" de incremento de ese desfase, que cifró entre 3.000 y 5.000 millones para este año, muy por encima del tope legal de 1.500 millones. Si el déficit no se ataja, será un "problema financiero" de las empresas, advirtió Soria. "Lo vamos a corregir", prometió.

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  6. El ministro Soria, sin despejar la incógnita, ha dejado la puerta abierta a lo que más temen los grandes empresarios del sector eléctrico: alguna forma de quita en la deuda reconocida a las empresas. Lo hizo, sin ir más lejos, la pasada semana en el transcurso de un almuerzo en el Foro Nueva Economía: “No se puede admitir que el déficit tarifario se convierta en un problema de déficit público”, argumentó. De alguna forma, sostiene el exconsejero de la CNE Jorge Fabra, ya lo es. Porque en su opinión, “el déficit tarifario a través de la titulización [colocación en los mercados con aval del Estado], compite con el Tesoro en la colocación de la deuda soberana”. Fabra considera que no puede haber quita en la deuda reconocida “porque ese dinero, incorporado al balance de las empresas, ya se ha repartido, entre otras cosas, en forma de dividendo”. Sí se puede actuar, asegura, en el proceso de colocación de la deuda, que debería, en su opinión, correr a cuenta de las empresas.

    Fabra, como otras voces (Asociación de Grandes Consumidores, AEG; Protermosolar, de empresas con proyectos termosolares, o Unef), consideran necesario revisar la situación de las centrales nucleares e hidroeléctricas, bien para rebajar los precios a los que son retribuidas por generar electricidad, bien para soportar una tasa que contribuya a aliviar el déficit.

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  7. Los criterios mínimos de una política que pretenda corregir el actual déficit de tarifa eléctrica deberían ser:

    1.- Cualquier subida de tarifas que se decida debe tener en cuenta que el precio de la electricidad para los consumidores españoles está entre los más altos de Europa. Si se acaba cargando sobre el recibo de la luz subidas inmediatas del 15% o 20% (tal como se pretende desde las empresas) se cometerá el mismo tipo de despropósito que el que supone poner en prisión al vigilante jurado de una obra que se derrumba.

    2.- Además de una moderada subida de tarifas, la situación exige congelar a diversos grados de temperatura todas las energías renovables. La moratoria termosolar es imperativa, por ejemplo. En otras tecnologías deberían reducirse las primas a niveles próximos a cero, según determinen los cálculos de sostenibilidad y supervivencia. La elevada rentabilidad de algunos negocios renovables ha sostenido los beneficios de empresas de otros mercados (constructoras). En cuanto al debatido obstáculo de la retroactividad, probablemente existen vías jurídicas para salvarlo siempre y cuando se garantice una rentabilidad suficiente.

    3.- Industria dispone de una vía útil para aumentar los ingresos: gravar los llamados beneficios espurios (windfall benefits) con una tasa anual adecuada, de forma que la producción amortizada devuelva parte de las ventajas regulatorias. El impuesto puede aplicarse a la energía nuclear y a la hidroeléctrica. Las tasas deben entenderse como una compensación por los CTC percibidos en exceso por las compañías y nunca liquidados. Además, sería conveniente retirar las subvenciones directas e indirectas al carbón. Sería deseable que los gravámenes e impuestos a las producciones amortizadas no sean trasladables al consumidor final.

    4.- Los consumidores tienen derecho a saber cual es el destino de los beneficios regulatorios obtenidos por las compañías eléctricas generados desde la amortización de la hidroeléctrica y la nuclear.

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  8. Lo justo es reformar el sistema para que paguemos por la luz lo que realmente cuesta producirla.

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  9. ¡Preparad los bolsillos! las compañias nunca pierden y además siempre reparten dividendos a sus accionistas, por lo que los tributos los acabará pagando el usuario (como siempre). No explican el porqué del déficit tarifario: las compañias se endeudan para repartir continuamente dividendos, que No provienen de sus beneficios, por lo que al pagar intereses cada vez más abultados, inflan la burbuja. Además el sistema español de pago a la producción, fija que la tarifa a pagar es la del sistema de generació de mayor coste (en dinero, sin contar los "gastos" mediambientals), o sea actualmente la generación en centrales de ciclo combinado, que no representan ni un 20% de la genereación es España. Esto es un robo, pues en otros países "civilizados", el coste de la producción de la energia es la MEDIA de los costes de todos los sistemas de generación. ES LA GRAN ESTAFA, y nos la estamos tragando sin rechistar, pues en 5 años la factura se ha incrementado un 70 %!!! y las compañías no paran de repartir dividendos!!!

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  10. La Comisión Europea señaló en mayo de 2012 que una parte de los 24.000 millones de déficit de tarifa acumulado se debe en parte a la “compensación excesiva de algunas infraestructuras, como nucleares y grandes hidroeléctricas”.

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  11. Se podría desglosar una auténtica catarata de costes enmascarados, externalizados o indebidamente computados en la tarifa eléctrica, desde la gestión de los residuos radiactivos hasta las ayudas al carbón. Hágase una idea con el dato de que la retribución a las centrales nucleares en nuestro país es un 60% mayor que en Alemania y un 40% mayor que en Francia y Bélgica.

    Más allá del debate de quién es culpable del déficit, que sólo beneficia a aquellos que tienen poder para señalar públicamente a sus enemigos, deberíamos centrarnos en solucionarlo de un modo justo y satisfactorio para los afectados: consumidores, empresas y Administración.

    El Gobierno va a acabar con el déficit de tarifa y a remodelar nuestro sistema eléctrico para evitar situaciones abusivas, como esa que permite a las centrales hidroeléctricas y nucleares cobrar cada kWh al precio que fijan los ciclos combinados de gas natural en el pool, gracias a lo cual han conseguido unos ingresos extra de 23.000 millones sólo desde 2006.

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  12. La Comisión Europea no solo critica el parón de las energías limpias impuesto por el Gobierno, sino que destaca que los consumidores pagan en exceso a las nucleares y las grandes hidráulicas, que “ya están amortizadas”, y que las subvenciones al carbón son “ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente”.

    El déficit de tarifa acumulado suma ya los 24.000 millones de euros (lo mismo que costará el rescate de Bankia). La Comisión, en su borrador de evaluación del programa nacional de reformas enviado por el Gobierno de Rajoy, lo atribuye a que “el sistema de tarificación de la electricidad en España sigue siendo ineficiente y presenta un nivel de competencia insuficiente”.

    Las eléctricas afirman que el déficit de tarifa se debe a las generosas primas a las renovables (6.598 millones en 2011). Las empresas de renovables sostienen en cambio que ese déficit se debe a que durante lustros las nucleares y las centrales hidroeléctricas han cobrado de más a los consumidores. Desde 1997, el sistema de fijación de precios de la electricidad establece que todas las centrales cobran al precio de la última tecnología necesaria para cubrir la demanda de electricidad en cada momento. Es decir, las nucleares se ofertan a precio cero pero acaban cobrando el que fija el mercado. La mayoría de las horas del año las presas o las nucleares reciben la misma retribución que la electricidad producida por una central de gas recién construida. Eso genera los llamados beneficios extraordinarios o caídos del cielo.

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